El arte de la conexión real
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En el mundo hiperconectado de hoy en día, estar siempre disponible se ha convertido en la norma. Desde el flujo constante de notificaciones en nuestros teléfonos, portátiles e incluso nuestros relojes, nuestra atención se ve continuamente atraída en múltiples direcciones. Sin embargo, una conversación reciente con una fundadora de una scale-up me ofreció una perspectiva refrescante. Describió una formación en comunicación en la que se pedía a los participantes que apagaran completamente sus teléfonos y desconectaran durante todo el día. ¿El objetivo? La presencia importa más de lo que pensamos.
¿Con qué frecuencia nos encontramos en reuniones, escuchando a medias mientras respondemos a correos electrónicos u hojeamos mensajes? Desde la pandemia, el compromiso digital no ha hecho más que intensificarse, con días repletos de reuniones virtuales consecutivas. Podríamos pensar que somos multitarea, pero eso implicaría que somos capaces de hacer varias tareas al mismo tiempo, lo cual no es cierto. Cambiamos de tarea porque nuestro cerebro sólo nos permite hacer una cosa a la vez.
Esa misma formación en comunicación reveló una poderosa idea: las conexiones auténticas florecen en ausencia de distracciones digitales. Es un hecho que resuena profundamente en el sector de la hostelería de lujo, donde el servicio personalizado y la atención al detalle pueden marcar la diferencia.
También el reciente apagón en España y Portugal ofreció un ejemplo real no planificado que dejó a mucha gente temporalmente desconectada. Sin wifi, sin servicio telefónico y sin una alternativa digital, la gente volvió a conectarse de nuevas maneras. Fue un recordatorio para la mayoría de nosotros de que hacer una pausa en la tecnología nos ayuda a volver a la conexión real.
Volviendo a aquella formación, se me quedó grabada una última idea: la próxima vez que estés en una reunión, estate plenamente presente. Hazlo por respeto a tu colega que ha preparado la sesión, o al compañero que comparte sus ideas. No sólo se apreciará tu compromiso, sino que también mejorará tu propio rendimiento. Las personas que realizan varias tareas a la vez mientras escuchan procesan y retienen hasta un 40% menos de información que las que prestan toda su atención.
Puede que la conectividad sea la norma moderna en nuestro mundo digital, pero quizá ha llegado el momento de dejar espacio para la desconexión intencionada. Ya sea mediante reuniones sin dispositivos o experiencias sin tecnología para los huéspedes. En un mundo dominado por el ruido digital, quizá el verdadero lujo pueda encontrarse en la sencillez de la presencia humana genuina.
¿Cuál es tu opinión? Y sí, siéntase libre de responder en el dispositivo de su elección.